Santa Afra es una singular mártir alemana que sufrió el martirio en el año
304 por no renunciar a su fe. La tradición la relaciona con san Narciso,
patrón de la ciudad de Girona, y es considerada como la abogada de las
prostitutas que quieren arrepentirse. Es invocada contra las enfermedades
de la piel, para bajar la fiebre y también contra el fuego; la razón de estos
patronazgos es porque sufrió el martirio del fuego. Ante todo, es un ejemplo
de valor y de firmeza para con los valores cristianos, pese a promesas de
lujos y riquezas.