Entre los años 1960-80 numerosos países de la vieja Europa se vieron afectados
por el expolio de antigüedades, especialmente arte religioso. Era una
tormenta perfecta: el concilio Vaticano II había animado a muchos clérigos
rurales a desprenderse de las viejas imágenes de la piedad popular sumado
al auge económico hizo que muchos coleccionistas se volcaran a adquirir el
viejo arte sacro europeo, no siempre de manera lícita. Fue el mayor expolio
de patrimonio cultural de la historia reciente de Europa. Ángel negro cuenta
la historia de uno de estos robos, y la lucha de los vecinos por recuperar una
vieja talla que para ellos significa mucho más que la imagen de una santa y
que esconde antiguos secretos.