Al llamar así a sus apuntes breves, Ferlosio sugiere que, a diferencia de los aforismos, se trata de las aventuras de un pensamiento de mayor calado que, por las razones que sea -inconstancia, pereza, impotencia, escepticismo-, sucumbió al naufragio de la voluntad, y del que solo se han conservado eso mismo: pedazos, fragmentos. Celebrado como el mejor ensayista español de las últimas décadas, Sánchez Ferlosio suele intimidar con la precisión de sus construcciones sintácticas, que lo señalan como uno de los más grandes estilistas de la lengua. No es el caso aquí. Dada su brevedad, y la engañosa sencillez de su fórmula, los pecios permiten adentrarse sin dificultad en su mundo y en sus ideas, beneficiándose de toda su riqueza, que se despliega en una admirable panoplia de registros que va del humor al lirismo, de la indignación a la ironía, de lo sentencioso a lo especulativo.