La conejita Lola vive con su familia en una preciosa pradera. Un soleado día que sale a jugar con su hermanito Pol, se encuentran con que el tiempo cambia de repente, y no pueden regresar a casa.
Tanto sus papás, que los esperan en casa, como ellos, que tienen que esperar resguardados fuera a que el tiempo mejore, tienen que aprender a superar esa adversidad sin perder la calma.
Cuando por fin consiguen regresar a casa y reunirse en familia, todos han aprendido una gran lección: la importancia de mantener una actitud positiva y constructiva ante las adversidades.
Porque en la vida siempre habrá días de sol, y también días de lluvia.