El cardenal Pironio contagia esperanza, ilusión, alegría pascual y
entusiasmo. Su incansable actividad pastoral con religiosos y religiosas de
las diversas partes del mundo le ha ofrecido un real conocimiento de los
problemas, aspiraciones e inquietudes de los religiosos y le ha permitido
ejercer un influjo de vigorosa animación espiritual en las personas y en las
instituciones.
Estas páginas sobre la vida consagrada en el misterio de la Iglesia, que
tuvieron su origen en un retiro espiritual a religiosas, y mantienen toda la
espontaneidad y viveza de una conversación, pueden ser un buen testimonio
de ese realismo evangélico y una excelente ayuda para la meditación
personal y comunitaria de las personas consagradas