Cuatro personas que no se han visto nunca y que no parecen tener nada en común explican que han tenido el mismo sueño: una pesadilla recurrente cuyo elemento más inquietante es un cuchillo ensangrentado con la cabeza tallada de un lobo en la empuñadura. Todos los hombres son hallados muertos posteriormente. La policía enseguida descubre que las víctimas tenían dos hechos significativos en común: todos habían pernoctado recientemente en un mismo hotel viejo y misterioso de las montañas de Adirondack y todos habían consultado al mismo hipnoterapeuta. Gurney se apresura a resolver otra serie de interrogantes imposibles, que en esta ocasión desconcertarán tanto a su cabeza como a su corazón. Una trama sorprendente y compleja, que nos hará plantearnos por qué consentimos ser vigilados, pese a que todos tememos por nuestra intimidad e intentamos protegerla.