A lo largo de toda vida surgen, sorpresivamente, instantes contemplativos. En ellos fulgura algo que todos llevamos dentro y que a menudo -¿quién sabe por qué?- preferimos no atender. Algo de contemplativo tiene el asombro de los niños, desde luego. También los sentimientos que nos brotan a raíz de una enfermedad grave o de un sufrimiento particularmente intenso. Hay quienes llegan a lo contemplativo en el servicio humilde y aparentemente inútil; o cuando la muerte llama a nuestra puerta -eso es indiscutible-, poniendo en cuestión todo aquello que tenemos entre manos.
El maestro Franz Jalics escribió estas páginas con la intención de presentar el camino contemplativo de un modo sencillo y, a la vez, preciso. Aborda la cuestión tanto conceptual como, sobre todo, experiencialmente, ofreciendo testimonios en primera persona. Al mismo tiempo, reflexiona sobre las relaciones entre la contemplación y la fe o la filosofía, o con la Sagrada Escritura y la mística, con otras formas de oración y con la vida activa. Una convicción late tras todo ello: que, si el camino contemplativo tiene de verdad importancia, no puede quedar al margen de nuestra vida cotidiana.