"Sólo una Iglesia colmada del Espíritu Santo es capaz de misionar. Pero una Iglesia movida por el Espíritu de Dios no puede por menos de salir de sí misma y dar testimonio del Evangelio al mundo entero. Su preocupación nunca puede limitarse a su propia conservación y al mantenimiento del statu quo. ¡Una Iglesia que dejara de tener presente el mandato de evangelizar y no sintiera el impulso de hacerlo no sería ya la Iglesia de Jesucristo! La Iglesia es misionera por naturaleza. (...) En la actualidad, la nueva evangelización no es un desafío pastoral, teológico y espiritual más, sino el desafio pastoral, teológico y espiritual por excelencia. Todos estamos invitados a afrontarlo, cada cual a su manera" (Walter Kasper).