Esta edición presenta una traducción desacralizada del evangelio
que, respetando la estricta literalidad del texto griego, utiliza un
registro sencillo y popular, a veces coloquial, que nos revela el
significado original de palabras secuestradas por siglos de tradición
religiosa hasta volverlas irreconocibles. En esta versión no encontramos
ángeles, ni Mesías, ni milagros, ni pecados, lo que
permite releer el texto en su sentido original y sin lastres previos.
Uno de los pocos artistas e intelectuales que entendieron que el
texto de Mateo forma parte del canon de la cultura occidental
general, y no solo de la religiosa, fue Pasolini. Esta edición rinde
simbólico tributo a su inspirada versión del Evangelio, pues con ella
lo hizo contemporáneo y puso a nuestro alcance el texto bíblico,
sin despojarlo por ello ni de su misterio ni de sus contradicciones.