La violencia contra las mujeres en el siglo XXI perdura
con la misma fuerza con que ha recorrido toda la historia
de la humanidad. Los agresores no son locos ni enfermos;
ni su edad ni la pobreza ni el alcohol los justifican.
Desde su aparición, Íbamos a ser reinas se ha convertido
en el libro esencial para desentrañar por qué se tortura a
las mujeres en sus propias casas, cómo lo soportan ellas y
qué mecanismos sociales, educativos, legales y religiosos
actúan como cómplices eficaces para que la sociedad no
se decida a terminar con una plaga que cada año asesina a
mujeres en España y en todo el mundo.