Antes sabíamos perfectamente cómo habíamos de comportarnos, pues en los libros de texto y en las enseñanzas de la Iglesia se especificaba con claridad la conducta del creyente. Pero una presentación de este tipo ha perdido mucha credibilidad en nuestro mundo. He aquí unas reflexiones breves y sencillas que nos permiten comprender esta situación y orientarse en medio de ella.