A la vista del actual debate sobre la liturgia, Walter Kasper responde a la pregunta sobre cómo se puede seguir hoy adelante: no se trata de romper con la tradición y de innovar por innovar, sino de llevar a cabo una renovación desde el espíritu de la liturgia y su tradición, que es una tradición viva. Solamente una renovación litúrgica semejante propiciará la necesaria renovación eclesial. La renovación debe nacer de una reflexión teológica y acontecer en confrontación crítica y a la par constructiva con el espíritu de la época. De ahí que el cardenal Kasper no se centre tanto en propuestas concretas de reforma, que no escasean, sino en una reflexión sobre el espíritu y el sentido de la liturgia ante la crisis de la Modernidad.