«He aquí el último y sentido llamamiento de Benedicto XVI para que
Europa redescubra y reafirme su verdadero origen e identidad que la
han hecho grande y modelo de belleza y humanidad. No se trata de
imponer las verdades de la fe como fundamento de Europa, sino de
hacer una elección cabal, reconociendo que es más natural y justo
vivir «como si Dios existiera» que «como si no hubiera Dios». Al igual que
en un pasado no muy lejano el papa Juan XXIII hizo un llamamiento a
las grandes naciones de Europa y Occidente para evitar una
devastadora guerra nuclear, hoy el papa emérito Benedicto XVI se
dirige por última vez a toda Europa y Occidente para que,
redescubriendo su propia alma, puedan salvarse a sí mismos y al
mundo de la autodestrucción. «Con la claridad, la inmediata
accesibilidad y a la vez la profundidad que le caracterizan, el Papa
emérito traza magníficamente esa idea de Europa que ha inspirado,
sin duda, a sus Padres fundadores y que está en el fundamento de su
grandeza y cuya definitiva ofuscación sancionaría su completo e
irreversible declive» (Francisco).
«El movimiento ecológico ha reconocido y descubierto el límite de lo
que se puede hacer, ha descubierto que la naturaleza nos marca un
límite que nosotros no podemos ignorar impunemente. Por desgracia,
la ecología del hombre no se ha vuelto todavía concreta. También
el hombre tiene una naturaleza que le es dada; y el negarla o
violentarla conduce a la destrucción» (Benedicto XVI).
Contiene un texto inédito de Benedicto XVI.