A la Reina de las lentejas no le gustan las lentejas. Tiene un plato enorme delante de las narices.
Y su papá le ha dicho que se las coma todas. Encima su hermano pequeño tira todo por el suelo
y no para de llorar. Menudo fastidio.
Por suerte las matrioskas llegarán pronto a Palacio. Vienen de lejanos confines con regalos para la Reina. Seguro que están hambrientas.
Un cuento para peques y no tan peques sobre el juego y la fabulación como herramientas para ensanchar el mundo y hacerlo más humano.