Después de cinco meses de guerra, al llegar la Navidad de 1914, soldados
de uno y otro bando se alzaron por encima de sus trincheras y salieron al
encuentro del enemigo, desarmados. Sucedió en muchos lugares del Frente
Occidental desde las proximidades de Nieuport, en el Mar del Norte, hasta
Guebwiller, cerca de la frontera Suiza, sin previo concierto,
espontáneamente y al mismo tiempo. Aunque no fue la primera tregua de
Navidad de la historia, nunca antes se había producido una como aquella:
«Nunca había ocurrido nada de la magnitud, la duración o el potencial de
cambio de las cosas como cuando cesó el fuego repentinamente en la
víspera de Navidad de 1914» (S. Weintraub).
La Tregua de 1914 es una gran historia de la Navidad que se compone de
muchas pequeñas historias de fraternidad y buena voluntad. Extrañamente,
la Tregua de Navidad nunca ha sido contada en toda su extraordinaria
dimensión. Cientos de testimonios de soldados británicos, franceses, belgas
y alemanes que cantaron, bebieron, jugaron, intercambiaron objetos y
direcciones para cuando terminara la guerra y hasta se abrazaron; y
cientos de fragmentos de diarios de guerra e historias regimentales de uno y
otro bando que, sin censura, aunque lacónicamente, contaron esos mismos
hechos, conforman el material que ha servido a Álvaro Núñez para
confeccionar este relato.