Las biblias ilustradas han sido una forma importantísima de transmisión de las Escrituras sagradas a lo largo de la historia. La investigación bíblica, sin embargo, apenas las ha tenido en cuenta o no se ha fijado en ellas más que por su belleza o por su posible uso catequético. Los estudios artísticos, por su parte, se han centrado en el análisis de obras bíblicas de grandes artistas, descuidando los géneros más populares, como el dibujo y el grabado presentes en libros o folletos.