¿Qué relación puede haber entre ser «a imagen de Dios» y ser «macho y
hembra»? Dios es amor y el amor exige comunión: no existe amor que no
sea amor por alguien. Una sola carne, un solo corazón, una sola alma... Los
esposos están uno frente a otro como un «yo» y un «tú», y están frente al
resto del mundo como un «nosotros». No menos importante que la tarea de
defender el ideal bíblico del matrimonio y de la familia es la tarea de
redescubrirlo y vivirlo en plenitud. Urge revelar el verdadero rostro y el
objetivo último de la creación del hombre varón y mujer: abrirse al otro y
elevarse así al deseo del amor y la alegría sin fin.