SANCHO FERMÍN, FRANCISCO JAVIER
Si Misericordia es el nombre de Dios, el de la Iglesia y el de los cristianos no puede ser otro diferente. Es
el reto constante de la vida, de la fe: no olvidar ni perder de vista el Ser de Dios, del cual ha de emanar el
ser y actuar del hombre. Pocos temas como el de la misericordia aúnan la experiencia con la acción, la
dimensión contemplativa con la dimensión apostólica. Y es lo que principalmente se aborda en estas
páginas: una perspectiva donde se integra la Biblia con la Mística, el dato revelado con la fe vivida y
puesta en acto. No cabe duda de que la experiencia de Dios presente en la historia de la salvación se rige
por la confesión de la fe: Porque es eterna su misericordia. El Dios misericordioso que nos invita a ser
misericordiosos con nuestro prójimo.