Hoy la Iglesia necesita cristianos bien formados, que estén prontos a dar razón de su esperanza gozosa en el Señor (cfr. 1 Pe 3, 15). Ninguna cosa humana puede suplir la fe; nada de este mundo puede colmar las ansias de felicidad del corazón humano. Estas páginas van dirigidas a todas aquellas personas que deseen reflexionar y conocer más a fondo la fe de la Iglesia. Pueden ser útiles para ver mejor lo ?razonable de la fe?. Igualmente pueden servir para aquellos que por algún motivo han ?enfriado? su fe, hasta llegar a desdibujarse y ser poco influyente en sus vidas. Unos y otros pueden profundizar en el ?don de Dios?, la fe, y reconocer y amar a Jesucristo, fuente de la que mana ?el agua que salta hasta la vida eterna? (Ju 4,14).