Apostolado hace solamente el que está enamorado de Dios y quiere a sus amigos. Y no hay más
Y eso lo entienden los que deciden poner su vida al servicio de Dios y de las almas, los que comprenden que quedarse encerrado en uno mismo es el peor de los fracasos, y que no hay peor cristiano que aquel que ve a un amigo necesitado y se desentiende de ayudarle.
Por eso, el apostolado es una obligación del que dice haberse encontrado con Cristo, pero obligación de persona enamorada, de alguien al que le comen las entrañas decirles a los suyos la inmensa suerte que ha tenido de toparse con un Dios que le ama con locura.