La literatura es, ni más ni menos, una casa llena de gente, o al menos lo es
para Leila, traductora y escritora frustrada para quien el tiempo se organiza
en y para los libros. Sin embargo, su vida es bastante más compleja: ha de enfrentarse
a las demandas de lo doméstico y de una madre de lo más exigente,
la temible Granny, orgullosa inglesa de nacimiento, pragmática y criticona. Y
luego está el castello que da forma a una trama que avanza a través de lo no
dicho, el contraste entre los puntos de vista, el humor y el misterio. Prediciendo
su propia muerte, Leila lega a su hija Charo sus diarios y una colección de
fotografías y películas familiares, y una lista de instrucciones sobre qué hacer
con ello. Poco a poco, Charo irá redescubriendo una faceta de su madre, oculta
hasta el momento.