REY BALLESTEROS, JOSÉ FERNANDO
El bullicio a que nos somete la vida actual nos ha hecho olvidar la contemplación. Cada vez el hombre tiene más vida exterior y está conectado con un mayor número de lugares y personas a la vez... Pero, al tiempo, cada vez tiene menos vida interior. El precio de vivir volcados hacia fuera ha sido la pérdida del silencio y del encuentro con Dios en el santuario del alma.