Yo no estuve en Auschwitz. Pasado, sangre, raíces. Miradas que miran desde ti y ojos que dicen tu mirada. Almas que se saben, pasados que se gritan, hombres y mujeres que gimen desde cada árbol, desde cada hoja y desde cada piedra. Desde nuestro horror y nuestra vergüenza. Porque somos, pese a ellos. Porque, pese a nosotros, fue.