Si algo experimentamos en la vida religiosa en nuestros tiempos es
el envejecimiento. Y este, tiene sus leyes. La visitante incómoda de la
enfermedad, el asomarse del final, generan su impacto en las personas,
produciendo también sufrimiento.
En los últimos años también está renaciendo el interés por la dimensión
espiritual del ser humano. No se agota en la dimensión religiosa. En
los consagrados tampoco.
Se hace necesaria una exploración del significado de la dimensión espiritual,
así como conceptos próximos como inteligencia espiritual, síntomas
espirituales, sufrimiento espiritual, afrontamiento espiritual, cuidado
espiritual, bienestar espiritual, de modo que, quien acompaña espiritualmente
en el envejecer y enfermar, pueda cualificar el encuentro y las dinámicas
de una competencia renovada y humanizada.
Como creyentes y seguidores de Jesús, encontramos en él un referente
clave para el acompañamiento en el sufrimiento. La misma dimensión
comunitaria puede ser fuente de salud y nido donde vivir la dimensión espiritual
con la dinámica del perdón, de la esperanza, del sentido asignado
incluso en la adversidad.
Aún quedan resquicios de dolorismo en la cultura, que pueden verse
sanados por una purificación del lenguaje sobre el sufrimiento desde la
fe. Aún queda pendiente la exploración del gozo de la celebración de los
sacramentos propios de la enfermedad, que son fuente de salud.
José Carlos Bermejo es religioso camilo, enseña en varias universidades
de España y otros países, dirige el Centro San Camilo (para mayores,
enfermos al final de la vida y personas en duelo), investiga y publica
sobre humanización de la salud y acompañamiento en el sufrir.