Los sacerdotes de cada generación están urgidos a reflexionar sobre el sentido de su ministerio. Ciertamente, son hijos de su tiempo y miembros de su sociedad, pero también son los portadores de una herencia teológica, celebrativa, pastoral y espiritual que procede del Concilio Vaticano II. Como no podía ser de otra manera, el autor parte en este libro de su experiencia sacerdotal, que ofrece a sus hermanos sacerdotes no solo para identificar las dificultades y los retos compartidos del ministerio, sino sobre todo para animarse a vivir las fortalezas y los ideales de su específica vocación cristiana. Esta obra, a medio camino entre el testimonio y la reflexión teológica, se articula en tres partes. La primera presenta la situación histórica y cultural que ha provocado un cambio radical en la manera de percibir y comprender el ministerio ordenado. La segunda identifica cuatro rasgos desde los que iluminar hoy la imagen y el ministerio del presbítero: su condición discipular, apostólica, fraterna y secular. La tercera profundiza en las funciones básicas de su misión el anuncio del evangelio, la santificac