El acceso al pontificado del Papa Francisco ha puesto de actualidad la vida de otro jesuita que se adelantó en el Madrid convulso de cambio de siglo, a sus ideales de sencillez y apostolado, sobre todo entre los más olvidados de la periferia. En un país azotado por la crisis económica, la ineficaz alternancia política y lacerantes desigualdades, San José María Rubio repartía luz y esperanza.