El sentido del humor tiene mucho que ver con la verdadera alegría. No es cosa de insustanciales. Al revés, está muy bien emparentado con la madurez y la profundidad de la vida, y quizá por ello actúa como válvula de madurez para liberar tensiones y disipar preocupaciones. En el fondo de una persona con sentido del humor anida un corazón con mucha inteligencia emocional.