Cuando la URSS se derrumbó en 1991, el mundo estaba seguro de que el comunismo había muerto. Hoy, tres décadas después, está claro que no. Aunque Rusia ya no sea comunista, la simpatía por sus ideas ha proliferado en todo el planeta.
En estas páginas, Sean McMeekin investiga la evolución de este sistema desde el seductor ideal de una sociedad sin clases hasta la doctrina dominante de los regímenes tiránicos. Rastreando el ascenso del comunismo de la teoría a la práctica, el autor abarca los escritos de Karl Marx y el auge y la caída de la URSS bajo Stalin, pasando por la llegada de Mao al poder en China y la aceleración de las políticas comunistas o inspiradas por estas en todo el mundo en el siglo xxi. McMeekin argumenta, sin embargo, que sigue siendo profundamente impopular como forma política. Allí donde ha surgido, siempre lo ha hecho por la fuerza.
Combinando la narrativa histórica con las investigaciones más recientes, Derrocar al mundo revoluciona nuestra comprensión de la evolución del comunismo, una idea que aparentemente no puede morir.