Imperator era en la República Romana el título que las tropas de un general victorioso podían otorgarle a su general tras una victoria importante. Era un reconocimiento de los comandados a su comandante que mostraban su aprobación a la batalla recién luchada y que tenía que hacerse en el mismo campo del honor y de forma inmediata tras haberse producido la victoria. El ser proclamado Imperator otorgaba derecho al general a solicitar la celebración de un triunfo en Roma; un honor más allá de todos, un desfile en el que el magistrado representaba a Júpiter delante de Roma. Curiosamente, el primer triunfador del que tenemos constancia que fuese nombrado Imperator fue en Hispania: el pretor Emilio Paulo, en su campaña contra los lusitanos en el 189 a. C.Cayo Julio César fue aclamado Imperator por primera vez en su vida también en Hispania, en Gallaecia en el año 60 a. C. La última vez que fue merecedor de este título a ojos de su ejército fue también en Hispania, en Ategua yacimiento de Córdoba, quince años después, en el 45 a. C.; entre estas dos victorias, los caminos de César cruzaron nuestra península en muc