El volumen re ne las reflexiones del autor en torno a la virtud de la "esperanza" como pilar de la vida cotidiana, así como una llamada de atención ante la urgente necesidad de una nueva antropología política. Es especialmente valiosa y profunda la explicación que ofrece relativa a la "esperanza". Con mucha claridad se define esta vivencia como "virtud teologal": somos incapaces nosotros mismos de tenerla, hay que pedirla en los momentos decisivos de la vida, cuando toda esperanza humana se descarta ya. Nos damos una idea de su sentido contemplando los Misterios de Cristo, como el momento de su abandono en la Cruz. "La esperanza se arraiga en la soberana fidelidad de Dios.La espera, para convertirse en esperanza, debe pasar por el crisol de la pasión debe ser pasión pura."