Para conquistar hoy la verdadera felicidad, es preciso
emprender una revolución, sigilosa, personal,
pacífica... victoriosa. A cualquier edad.
El ser humano no es básico, necesita un fin, una razón,
en que sus seres queridos, compañeros y conocidos reconozcan su humanidad entera y la celebren.
Cada ser humano ha de buscar el sentido de su vida y de cuanto le sucede en ella, ha de descubrir su misión, su razón por qué y su fin para qué existe, su razón y fin de su trabajo, de su sufrimiento, de su espera, su amar, su respirar, actuar, sentir, su descanso, su forma de ser, su historia, su familia, su felicidad.