Este no es un texto tranquilizador... de hecho hay poca «miel». Es un libro que echa «sal» sobre las partes expuestas y frágiles, para hacerlas vibrar y mantenerlas vivas. Así nos provoca y nos cuestiona. Recordándonos que la fe, si es auténtica, es una revolución para nuestra existencia, un despertar ardiente que nos invita a vivir de otra manera.