Los procesos sinodales en curso están sacando a la luz visiones
divergentes y a veces conflictivas en el pueblo de Dios sobre cómo
la Iglesia debe configurar su conversión misionera; los documentos
sinodales no ocultan las tensiones que han surgido al escuchar
tantos puntos de vista en los últimos años, subrayando la necesidad
de seguir caminando en discernimiento para afrontarlas.
Cuando el diálogo es respetuoso, en el discernimiento comunitario
las posturas divergentes pueden encontrarse y así escuchar lo que
el Espíritu sugiere para el bien común (1Cor 12,7). Una
comunidad eclesial es sinodal cuando aprende a no ocultar las
divergencias, sino a ponerlas en
diálogo mediante el discernimiento comunitario, para llegar a
comprender, todos juntos, cuáles, entre las diversas opciones
posibles, son las que hay que tomar hoy para caminar con mayor
seguridad por el camino del Señor.