En las páginas de La que llora, el afamado escritor católico Léon Bloy reflexiona sobre una de las apariciones marianas más enigmáticas y desconocidas de la historia de la Iglesia: la que tuvo lugar, ante dos humildes pastorcillos, a mediados del siglo XIX en la población alpina de La Salette. «Para Bloy, el discurso de La Salette es ôel suspiro más doloroso escuchado desde el Consummatumö; y su olvido por parte de los hombres de su generación, una prueba incontestable de que la Humanidad se ha internado en las tinieblas del Viernes Santo, donde ôla realidad aparente es el fracaso de Dios en la tierra, la inutilidad de la Redenciónö. ¿De qué le ha valido a Dios ûse pregunta nuestro autorùmorir de forma tan espeluznante para encontrarse, diecinueve siglos después, con ôlos demonios del catolicismo actualö Bloy arremete contra los católicos ñoños que demandan a la Virgen palabras dulces y no pueden soportar que su boca profiera amenazas tan rotundas como las que se escucharon en La Salette.»