Este libro juega a principios del siglo XXI un papel semejante al que tuvo a
mediados del siglo pasado la obra de Balthasar Córdula o la hora de la
verdad. Denuncia un cristianismo demasiado plano y acomodado a una
modernidad en crisis y, sobre todo, descubre, a través de un agudo y
sugerente análisis filosófico-teológico, la fuerza liberadora de la fe en el
Crucificado. Y lo hace justo en esta época en la que los mártires nos
interpelan desde las pantallas: «Las ejecuciones de los cristianos de Oriente,
filmadas por sus verdugos, son selfies del diablo que él envía por la red para
que no se le olvide». Estamos, pues, ante un libro dirigido a todos aquellos
que tienen miedo, pero que también temen perderse a ellos mismos en ese
miedo. A todos aquellos y aquellas cuyo miedo se ha elevado al cuadrado:
miedo de que el miedo acabe por privarnos del gusto por la vida y del sentido
de nuestra vocación.Premio al Libro Religioso de Francia en 2016.