Existen conceptos que, por su importancia, se convierten en una llave que permite adentrase en el misterio de la teología. Uno de ellos es el de «theosis», que significa divinización o deificación. Este es el primer libro que ofrece una narración coherente sobre el desarrollo de este concepto.
En una sociedad que apenas mira al pasado, la teología patrística invita a regresar a los autores y temas fontales que ayudan a ver con una luz siempre nueva la vocación de los bautizados, reflejo de la condición humana última. Figuras como Dionisio el Areopagita no sólo se revelan fundamentales para Bizancio, sino también para el Occidente medieval, donde refuerza la interioridad personal que devuelve a los seres humanos al momento en el que fueron creados por Dios como únicos e irrepetibles.
En el último siglo la «theosis» ha encontrado en Occidente una inesperada juventud gracias a los teólogos rusos de la Escuela de París. La profundización en este concepto se ha revelado enormemente fecunda, hasta el punto de convertirse en una de las corrientes principales de la teología y de la espiritualidad popular.